Larry Flint: Una vida de escándalo

Desde 1974 cuando apareció la primera entrega de «Hustler» el nombre y la vida de Larry Flynt han estado en medio de la controversia.  Para algunos pareciera la historia de un joven que nacido en la miseria, trabajó para convertirse como tantos casos de éxito empresarial, en un millonario, su fortuna se calcula en varios millones. Flynt hijo de un padre alcohólico y abusador fue criado por su madre cuando ésta abandonó a su marido. Asistió poco a la escuela y ya adulto se decidió por el mercado de la pornografía que en aquellos años 70 le supuso toda una fortuna. No era una revista para caballeros con toque de clase y elegancia, era una revista para hombres de trabajo, obreros y campesinos con fotografías que fueron tildadas de obscenidad y por lo que la lucha de El pueblo versus Flynt se ha prolongado por años.

Flynt nació con un trastorno bipolar y también ha sufrido varias operaciones por un ataque que sufrió a balazos y que le dejo postrado en una silla de ruedas.  Casado en cinco ocasiones es el padre de cinco hijos, con quienes la vida no le ha sido muy armoniosa alguno de ellos ha alegado públicamente abuso sexual por parte de su padre. Flynt ha sido atacado por la sociedad que se ha sentido desde que apareció «Hustler» ofendida por la actitud de Flynt y su revista, y por la mafia que vio a un recién llegado tomar para si el negocio rentable que ellos administraban, la pornografía.

Flynt nacido en 1942 ha visto como su famosa revista ha ido con los años, perdiendo adeptos y hoy apenas unos cuantos miles, comparados con aquellos millones de compradores, en sus inicios, compran la revista. Pero él sigue inmerso en los escándalos y aunque ha sufrido algunas intervenciones quirúrgicas debido a su estado físico, no ha llegado nunca a ser alcanzado por las intenciones de castigarle por obscenidad y crimen organizado.

Una solitaria vida lleva en realidad, habiendo enviudado y separado varias veces, distanciado de sus hijos, objetivo del encono de los salvaguardas de la moralidad estadounidense, tiene para si éxitos como el escándalo de las fotos de Jacqueline Kennedy desnuda en la isla de Skorpios y algunas que él considera «arte» pero que degradan a la mujer.  El chico de Kentucky triunfó si hay que decirlo, de una triste casucha en la que se crió siendo niño hasta convertirse en dueño de casinos y locales de striptease, pero siempre solitario y temeroso de ser atacado, no es ningún triunfo y sobretodo ser considerado propulsor de la decadencia moral de aquella generación que una mañana se encontró con una revista que dejaba poco ya para pensar o imaginar sobre el sexo y que degrada aún hoy en día, a la mujer.

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