La boda de dos luminarias, Ellen Degeneres y Portia Di Rossi, volvio a los titulares el controvertido tema del matrimonio entre homosexuales. Ellen una famosa conductora de la televisión norteamericana y Portia una australiana actriz muy conocida, han unido sus vidas luego de cuatro años de vida en común.
El tema vuelve entonces a encender los ánimos, de todos es sabido lo que piensa la Iglesia y los circulos conservadores americanos. Aún asi el pleno del Congreso avaló la aprobación de la ley y muchos homosexuales, podrán ahora casarse y aún adoptar niños. Europa, más adelantada en estos asuntos que Latinoamérica, tiene ya en sus legislaciones contemplado el matrimonio, la adopción y otros aspectos que buscan, incluir en la sociedad a las personas, no sé si mal o bien llamadas del «tercer sexo».
No ven tan prometedor el futuro aquellos que viven en las sociedades árabes, cuyo lema es 0 Tolerancia a la homosexualidad. No caeremos en debates teológicos sobre lo inconveniente de ser o no homosexual, ni en psicológicos para, explorar el porqué se es o no homosexual. En todo modo, ser homosexual es algo está ahí, como bien han dicho los expertos no es una elección.
Podemos entonces decir , que falta mucho para que más parejas logren como Ellen y Portia casarse, y en los estados en los que ésto es inadmisible, puedan siquiera asumir su rol y su sexualidad. No estamos destinados a constituirnos en juez de nadie en asuntos como éstos, lo digo por toda la sociedad. Pero ante la perspectiva de excluir y condenar a la desdicha, a una vida de frustración y dolor a millones de personas, como que lo más lógico es, proceder como ya procedieron muchos, legislar a sus pueblos como un todo, en el que todos y cada uno de sus habitantes, tienen derecho a buscar una vida decorosa y una vida que le haga feliz.