Exclavitud moderna, la trata de blancas.

Ana es una niña de 15 años podría ser de cualquier lugar de América e igual de los grupos de desposeidos que viven en las grandes urbes de los paises industrializados, una niña que sin embargo durante los últimos años,  vivió un infierno que no merecía.   En el pueblo donde vivía junto con sus siete hermanos, la vida era muy difícil, su padre un agricultor se emborrachaba todo el tiempo, dejándoles sin alimento  y la madre apenas podía alimentar a la prole con lo poco que sembraba.  No tenían mucha ropa y tampoco juguetes, menos iban a la escuela, y ni esperanza de hacerlo.

Aquel día en que Ana de 13 años acudió al mercado, una señora «elegante» como ella expresa, se le acercó y le ofreció trabajo en su casa, en la capital, donde le pagaría bien, viviría en una casa bonita y podría mandar dinero a su familia, no debía decir nada, para qué? no la dejarían ir y ella tenía que ganar dinero para ayudarlos.  Le ofreció llevarla de una vez, tan amable era que le prometió comprarle un vestido al llegar a la ciudad.  Ana no se lo pensó dos veces…un sí y una lágrima al ver el pueblo cuando el bus se alejaba.

Su calvario al llegar a la capital del país, no tiene ni caso relatarlo, una historia que se ha tornado común, una niña engañada, secuestrada y prostituida, una forma de exclavitud en pleno siglo XXI, que de verdad lastima enterarse.  Cuántos niñas y niños, ellos no están libres del asunto, se pierden cada año tras las puertas de algún antro a donde estas «enganchadoras» les llevan para el deleite de sus pervertidos clientes? miles, millones? no importa! una sola ya debe preocuparnos…

La trata de blancas se ha dado desde tiempos antiguos, en los países Europeos casi desde la época feudal y en las nuevas colonias americanas, con la llegada de los colonizadores.  En los años del siglo XX, las grandes calamidades propiciaron este triste asunto, las penas? nunca suficientes para detener la trata de personas.  En pleno Siglo XXI no escapan a ésta, millones de niños y jóvenes, mujeres adultas y hombres, que caen sin pensarlo y ni saberlo en manos de los depedradores  que tratan con las personas,  como si fueran simples monedas de cambio.

Nuestra modernidad ha permitido que este triste asunto se modernice, hoy en día un mayor número de mujeres en el mundo son secuestradas cada año, muchas adolescentes y mujeres adultas son embaucadas a través de internet, por ciberamigos, que ya luego les enamoran, o les ofrecen un empleo, o les invitan a pasar unas vacaciones en su comarca, su país, su pueblo, se toman su tiempo para establecer lazos de afinidad, y ganarse la confianza de la victima, después de todo es tiempo de inversión, ya luego la venta de ellas supondrá la recuperación del tiempo invertido y ganancias mal habidas, pero ganancias.

La mejor manera de detener este despreciable negocio, es denunciando, cuidando de los niños y jóvenes y alertándoles sobre las personas con las  que se encuentran, sobre evitar dar informes sobre sí a desconocidos y aún más por internet, la trata de blancas de hoy, no respeta edad, sexo, ni condición social, cualquiera puede ser la victima! no debemos quedarnos de brazos cruzados viendo como ocurren las cosas, ni conformarnos con entristecernos cuando leemos sobre el asunto, nuestro deber es estar alerta, alertar a los jóvenes y niños y denunciar! que la próxima victima podría ser alguien de tu entorno y hasta tu misma.

Estrellas como Emma Thompson y Ricky Martin se han unido a la lucha contra este flagelo.  La Fundación «Llama y Vive» del astro puertoriqueño, contribuye cada día a que muchas personas en riesgo y aún algunos victimas ya de esta lacra, denuncien, pidan ayuda, o se unan a la causa.

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