En el día internacional para la tolerancia

día internacional para la toleranciaDesde 1996 cuando por iniciativa de la Unesco, se estableció el 16 de noviembre como el Día Internacional para la Tolerancia, este y otros organismos se han dado a la tarea de lograr concientizar al público sobre la importancia de convertirnos en sociedades tolerantes e incluyentes, que sin duda nos harán vivir pacíficamente y ahorrarnos de violencia y otros males que la misma intolerancia provoca.

Ya no podemos continuar con actitudes que bastante dolor han provocado a muchos en muchos lugares debido a la intolerancia política, racial, de género, sexual, cultural, y cualquier forma de pensarnos que podemos juzgar y condenar a nadie porque no responde a nuestra concepción de las cosas y la vida.

Las minorías que durante milenios han sufrido de la intolerancia racial, ahora no son más las única que pasan por esas formas de inmadurez de nuestras «modernas sociedades».  Con cuanta facilidad se condena a los que tienen diferentes creencias religiosas, a los que difieren de otros por sus convenciones políticas, a los que se decidieron por vivir su sexualidad aún cuando no sea en la forma en que los demás la pensamos, el mundo realmente necesita un ejercicio diario de tolerancia en todos los aspectos y no solo un día al año en que nos detengamos a pensar en ser tolerantes, y hacer nuestro aquel viejo y certero lema, aceptar a todos como son.

No nos perdamos en la intolerancia global que ya muchos viven, sociedades que excluyen a las etnias minoritarias, los homosexuales que son perseguidos, los creyentes que se ven excluidos, sino a muchas formas de intolerancia iguales de reprobables que vivimos cada día. Somos intolerantes con los discapacitados, aunque algunos no lo definan así, pero cuando nos pensamos en un mundo en que ellos tienen poca o ninguna oportunidad de sumarse a las vidas normales de todos, estamos siendo intolerantes con su destino y con algo de lo que no son en modo alguno culpables. Somos culpables únicamente nosotros de hacer la vista a un lado de problemas que como conglomerados que somos nos atañen a todos, aunque afecten directamente a una parte sola de nosotros.

Intolerantes con los que tienen menos, como si ello fuera una elección que por si mismos tomaron. Y la peor de las intolerancias y las que quizá aquí no han detallado los que luchan por hacer de este un mundo de gente tolerante, la que ejercen cada día los que van por el mundo, excluyendo a los bajitos por ser bajitos, a los altos porque son altos, a las guapas a las no tanto, a las mujeres adultas y a los hombres que ya no resultan atractivos para la fuerza laboral. A los que excluyen aún a las chicas en las universidades, a los hombres si es que el apelativo como que viene grande a los que, en muchos lugares y en todos los estratos se dan a la tarea de marginar mujeres, por su apariencia, por su edad, por casi todo.

Ojalá que hayan muchos días internacionales para la tolerancia, y que un día la sociedad sea una sociedad justa e inclusiva. Pero mientras tanto, hagamos nuestro trabajo personal, ser tolerantes siempre y con todos. Que como bien dice, poco a poco se logra mucho. Sobretodo enseñemos a nuestros hijos que una sociedad civilizada demanda gente civilizada y que no hay tal si se es un intolerante.

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