El médico que escribía, Pío Baroja

Pio Baroja

El escritor emblema de la generación del 98, nació en San Sebastián en 1872.  Nacía el que luego sería referente de toda una época de las letras españolas, en el seno de una familia acomodada, y llena de ilustres parientes.  Baroja, fue un chico educado de acuerdo con su clase,  el padre viajaba con la familia constantemente y esto en alguna medida contribuyo a la enorme cultura que el menor de los hijos varones,  Pio, cultivaría con el tiempo.

Las experiencias de aquella vida intirenante las vertió el escritor en muchas de sus obras, tenía una visión de los lugares donde había vivido, excepcional.  Era un estudiante bueno, cuando podía ser excelente, pero poco amigo del estudio se conformaba con aprender, a pesar de que sus maestros le referenciaban como un chico muy inteligente, lo era, con el tiempo por él mismo y a través de su obra confirmaría aquella opinión.

Doctorado en Valencia, pronto se encontró ocupado como médico en Guipuzcoa, pero no le gustaba ser médico, era un carácter difícil aquel, le gustaba la soledad y leer a los grandes filosofos, evitaba el roce social y se adentraba en el camino de las letras con verdadera pasión.  Cansado de querer encontrarse a gusto como médico, abandono el empleo, se dice que simpatizaba con el anarquismo y aún tenía algunos amigos considerados como tales, y sin embargo, deploraba el nacionalismo de los vascos, tan complejo era el señor Baroja.

En los albores del siglo XX empezo a publicar, y a viajar, conocer gente, y transformar sus ideas constantemente, aquel chico del norte era un hombre solitario, huraño y poco dado a las reuniones sociales a las que acostumbraban participar los demás escritores de su tiempo, soltero permaneció  hasta el final de su vida.  No fue al servicio militar, despreciaba tal cosa y tuvo en suerte no cumplirlo.  Pudo huir de la dictadura franquista cuando ha estallado la guerra civil española, y ayudado por algunos amigos, empezo un exilio que le llevaría a muchos lugares del viejo mundo.

Aquel hombre callado y distante,  poco se dedicó a adular a nadie, no creía ni en Dios, y sin embargo, el público le elevaría hasta el altar de los hombres grandes de la literatura.  Miembro de la Academia de la Lengua, logró escribir desde cuentos hasta ensayos pasando por sus novelas, toda su producción es de una expresividad y naturalidad que le han supuesto su sello inconfundible, es además una narrativa pesimista, así era él o asi percibia la vida Pio Baroja.   Algunas de sus obras no vieron la luz hasta después de su muerte, debido a la censura.

Murió este grande las letras hispanas, en 1956 luego de ir mermando su salud a causa de una artiesclerosis.  Su funeral supuso el encuentro de aquellos que siempre admiraron la obra del gran escritor español, personalidades como el escritor Ernest Henmigway reconocieron siempre la gran valía e influencia de Baroja.

La literatura no puede reflejar todo lo negro de la vida. La razón principal es, que la literatura escoge y la vida no. (Pio Baroja)

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