Cumbres borracosas, Emily Brontë

Cumbres BorrascosasEn las frías noches de Yorkshire, Emily solía esperar despierta a Branwell, su hermano, que cada noche volvía ya fuera ebrio o drogado bajos los efectos del Opio.  La vida no era muy alegre para Emily, junto con sus hermanas Charlotte y Anne compartían su hogar en Haworth con su padre clérigo del lugar y su hermano.

Emily en la veintena, se aburría de esas noches frías y solitarias sentada junto al fogón, e igual que lo había hecho en las solitarias tardes en el internado de Lancashire, durante el tiempo que acompañada de sus hermanas mayores, Maria y Elizabeth estuvo en el lugar, escribía en muchas sueltas hojas de papel, algunos versos y los fragmentos de una historia que tenía en mente.

Emily había vuelto de Lancashire con sus hermanas, aquel lugar gris y triste, no era el mejor lugar para nadie, lleno de enfermedades y malos tratos se suponía una escuela para educar a las niñas, sus hermanas habían vuelto enfermas  y habían muerto de tifus.

Luego de un breve tiempo en Bruselas para asistir al colegio, había vuelto a casa, junto con Charlotte y Anne, y habían publicado juntas un libro de versos, cambiando sus nombres de mujer por otros, no querrían ser mal vistas por la gente, eran las hijas de un clérigo y mujeres,  y era mal considerado  que las mujeres fueran escritoras, pero el libro no tuvo mucha acogida.

Decidieron entonces probar de nuevo suerte, y hacía meses se habían dado la tarea cada una de escribir una novela.  La suya avanzaba lentamente, pero las noches frías en espera de Branwell,  suponían tiempo suficiente para adelantar.  El día de Emily era estar en  casa pendiente del hogar,  desde la muerte de la tia que se había ocupado de todo desde que faltara su madre.

Aquel año de 1847 terminaba su libro Emily, bajo el seudónimo de Ellis Bell fue publicado, resultó una novela que atrajó al gran público y desconcertó a los críticos literarios,    No fue muy generosa sin embargo la opinión de los críticos, en algún momento se pensaron que era de la autoría de Charlotte que el año antes había publicado Jane Eyre con el seudónimo Currer Bell.

Emily sin embargo, no se preocupó por el asunto, era una chica un tanto tosca y reservada. No gustaba de las charlas y era silenciosa, se mantenia en voluntario retiro en la casa familiar.  Y dedicaba su tiempo a las faenas del hogar y al cuidado de Branwell, aquel hermano que tanto pesar habría de darle.   No la habían tenido fácil los chicos Brontë huérfanos a temprana edad de madre, hubieron de acomodarse a sus vidas solitarias, Branwell el único hombre de la prole pronto fue perdiendo el norte y se aficionó a la bebida y luego al opio, no logrando conservar ningún empleo con regularidad.

De las 5 chicas, las mayores como ya dijimos, murieron de tifus muy jóvenes. Y las pequeñas Anne, Charlotte y Emily morirían en la treintena.  

El tiempo habría de hacerle justicia a Emily, su libro se convirtió en un libro de culto para muchos y una de las novelas más versionadas en el cine y la televisión así como lectura obligada en el sistema educativo de muchos países.   Emily sin embargo, no pudo explorar mucho su vena literaria, la hoy considerada una de las mejoras escritoras de habla inglesa, moría en diciembre de 1848, victima de una pulmonía, pocos meses después de enterrar a su hermano Branwell, al que había cuidado durante toda su vida.

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