Estos asuntos escabrosos del señor Berlusconi, de verdad hacen palidecer los culebrones más pintorescos, de esos que producen las televisoras latinoamericanas, que ya seguro están envidiando no haberse ideado una novela con estos rollos, que sin duda habría vendido muy bien. Pero esta novela a lo Berlusconi a la que asistimos desde hace varios meses, parece empeorar cada día, no hay manera de cambiar la percepción que el público va formando del llamado «Il cavaliere», su vida personal es preocupante, una cadena de escándalos en un funcionario público del que esperaríamos, no nos engañemos que «intachables» hay claro que sí, pero muy pocos. Los políticos en todo lugar, arman cada escándalo, que bien alimentan los tabloides mejor que las estrellas de cine.
Sin duda la aún esposa de Berlusconi, Verónica Lario, con toda justicia se ha hartado de esas escapadas, y los rumores que ahora se comprueban de las fiestas de Berlusconi con jóvenes «contratadas» para departir con él, sin tanto adorno, como los medios han anunciado «prostitutas de lujo» a las que el señor le gusta frecuentar. Y una de ellas, Patricia D’Addario, ha contribuido al escándalo, que si ya el hombre no usa preservativo, que conoce otras tantas que participaron en sus «fiestas» y él empecinado en negar todo, que es toda una conspiración para desprestigiarlo.
Desprestigiado o no, sin duda sus electores se preguntan qué pasa con Berlusconi? se ha pensado confiado en que su vida personal no es de dominio público, siendo un magnate de las telecomunicaciones y un hombre de la política durante ya mucho tiempo, resulta ilógico que se haya pensado que estos bochornosos asuntos, no serían un día del conocimiento no solo de su desilusionada esposa, sino de todo mundo. En la imágen Berlusconi entrando a un hotel de Bari con Patricia D’Addario, en uno de los encuentros que tuvo con ella y otras mujeres.
