Ciertamente que aunque muchas veces, pudieramos pensarnos que nuestra felicidad realmente nos pertenece, la vida nos va enseñando que algunas personas, contribuyen a hacernos sentir felices. Pero cuando esas personas se alejan o las relaciones se complican, igual nos sentimos que se han llevado nuestra felicidad. Puede ser, no hay felicidad en los fracasos sentimentales ni en las pérdidas de aquellos a quienes amamos y aún así…podemos recuperar la felicidad, tardará pero no es algo que nunca podamos volver a tener.
Somos dueños de nuestra felicidad en la medida en que podemos sobrellevar las rupturas, los alejamientos, las pérdidas…cuando nos hacemos al propósito de seguir adelante, de hayar ánimo en la desdicha y de que siempre podemos recuperar la alegría, es cuando realmente nos tornamos en dueños de esa felicidad que no depende de nadie. Nadie quita que se llevaran una etapa de tu vida con un adiós, se haya ido con la muerte de alguien, pero igual y siempre es posible, volver a resugir de las cenizas, tu lo decides, porque eres dueña de lo que quieres sentir, y cuando eso sucede nadie más que tu es dueña de tu propia felicidad.
