Una red de personas que, tenían a varias mujeres en estado de exclavitud, ha sido desmantelada en La Coruña. Las fuerzas policiales allanaron el lugar y capturaron a los implicados, españoles y una uruguaya que han ido a parar a la cárcel, acusados de trata de blancas, exclavitud, tráfico ilegal de personas y otros delitos.
Increible que en nuestras modernas sociedades, debamos aún tener esta clase de noticias. Mujeres tratadas como objetos sin valor, en este caso, obligadas a tener sexo durante más de 10 horas seguidas, encerradas permanentemente, sin libertad de movimiento ni aún en su encierro, y como si esto no fuera ya gran delito, en total desprecio de la vida humana, obligadas a tener relaciones con clientes sin preservativo, uno tras otro, en sábanas que se cambiaban una vez al día y sin poder ducharse, de verdad que indigna enterarse de eso.
Y ante ello uno se pregunta, cuándo desaparecerá el «oficio más antiguo del mundo»? aceptemos la realidad, quién permite que proliferen los antros de esta índole y propicia como ahora se ha vuelto muy común, hasta el secuestro de mujeres y niñas en unas latitudes para ser corrompidas en otros lugares? la sociedad en pleno seguramente.
No culpemos a las fuerzas policiales cuando se descubren estas cosas, se acostumbra la gente a decir, que es culpa de aquellas, que no imponen control y que no hacen bien su trabajo, o a las autoridades culpables, para el público, de no legislar para evitar esto. Hay leyes, claro que si, hay policias trabajando en ello lo vemos con este caso, pero es la sociedad permisiva la que permite que siga ocurriendo algo que es el resultado del machismo ancestral.
Aunque no podamos cambiar la forma de pensar, de muchos hombres adultos de hoy, quiero creer que podemos si, cambiar esquemas enseñando a los jóvenes y los niños de hoy, que sexo comprado desvaloriza a quien lo compra y es un riesgo sanitario, asumámoslo enorme, las estadísticas sobre los contagios de enfermedades sexuales son alarmantes.
Durante generaciones la gente ha aceptado, que las sexoservidoras son como un elemento más de una sociedad, prestando un «servicio» que es eso un servicio y que debe tenerse como algo normal. No es un servicio que se necesite, es la degradación de una mujer, y el resultado de la forma de pensar de los hombres que piensan que es «normal» pagar por sexo y que para eso están.
Lo dicho un cambio de la forma de pensar de los jóvenes, derivado del conocimiento que, «la vida alegre» de dichas mujeres no es tal y que el «oficio más antiguo del mundo» es algo que debiera avergonzar a aquel que se presta a una costumbre ancestral, yacer con una mujer, pagando por sexo. Mientras haya quien pague, la despreciable trata de blancas seguirá existiendo, policía y jueces no lograran por si mismo acabarla. Se acabará cuando el mundo que se presume moderno, empiece a pensar como tal, y asuma que la prostitución es un mal que debiera haber quedado erradicada hace mucho tiempo.
