Ultimas palabras que dedicara la agonizante Anne a la única hermana que le sobreviviría ya, Charlote. Moría Anne en mayo de 1849, a los 29 años, de tuberculosis como sus demás hermanas, y soltera. Sin embargo, esa soltería no era algo impuesto por el destino al menos en el caso de esta hermana Brontë, siendo la menor, y criada por su padre y hermanas, pronto demostró sensatez y serenidad, no buscaba el matrimonio, nunca lo buscó, quería vivir tranquilamente en las cosas que le eran familiares y con sus parientes, sus dos hermanas, grandes escritoras como ella, Emily y Charlotte, su padre un clérigo silencioso y severo y Branwell su hermano, el que siempre les daría grandes pesares a las tres, y serviría para inspirarles algunos de sus personajes.
Anne la menor de las hermanas, nació la última de la familia Brontë. La madre murió pronto siendo aún joven. El señor Brontë clérigo del lugar, se dedicó al cuidado de la familia, una tia soltera cuidaba de la casa familiar. Las dos hermanas mayores de cinco chicas y un chico que formaban la prole, fueron al colegio, bello nombre para un lugar que resultaba insano y desagradable, enfermas de tifus volvieron a casa para morir.
La pérdida de sus hijas mayores obligó al señor Brontë a traer a casa a Charlotte y Emily que junto con Anne en algún momento de sus vidas, fueron a otras escuelas y se educaron para ser institutrices. Ya jóvenes Emily asumiría el cuidado de la casa, y las otras chicas ayudarían con sus pequeños trabajos como maestras de algunos niños bien.
La soledad, en el paraje triste y solitario donde vivían les inspiró a crear personajes y escribir poemas que no tuvieron gran acogida, y luego probaron con gran éxito Charlotte, escribir novelas. Anne produciría la bella novela «Agnes Grey».
Una pelirroja delgada, alta y serena, con no gran belleza pero si gran inteligencia era la menor de las Brontë.
La imágen de este post es «Niñas al piano» del gran pintor, Pierre Auguste Renoir.
