El 1 de diciembre de 1981 los médicos diagnosticaban al primer paciente del llamado AIDS (sus siglas en inglés). Sorprendidos por una enfermedad cuyas complicaciones llevaban directo a la muerte, poco o nada pudieron hacer entonces y hoy muchos años después siguen luchando para salvar vidas del terrible mal. Más de 25 millones han muerto en el mundo desde entonces víctimas del SIDA, sin discriminar entre hombres, mujeres y niños.
Y aunque pocos avances se han logrado en encontrar esa cura que todos los enfermos de SIDA anhelan, hay que reconocer que sí se ha dado grandes avances en la percepción de la gente para con los enfermos del Sida. La comprensión que ha derivado de numerosas campañas para acercar a la gente a la realidad de la enfermedad, ha permitido que sino todos y no en todos los lugares, al menos algunos y en muchos lugares viven hoy sin ser condenados a la soledad y a vivir el rechazo de sus semejantes además de una enfermedad tan mortal.
«Paren al Sida, cumplan la promesa» el lema de este día y de muchos, para lograr detener el avance del Sida, tan diseminado en las poblaciones pobres del tercer mundo, tan culpable de la muerte de millones de personas tanto en las economías privilegiadas como en los pueblos rurales de lugares olvidados por todos. Más que sentirnos tranquilos porque podemos llevar una cinta para sentirnos involucrados, debemos mostrarnos comprensivos y solidarios por aquellos que viven con esta terrible enfermedad.
