Según lo que se reveló en un estudio reciente, las mujeres sufren mucho más que los hombres cuando pasan a trabajar desde su propio hogar. La intromisión del trabajo en la vida privada de ellas por medio de los correos electrónicos les provoca una gran angustia, así como también se invaden de un gran estrés psicológico. Más allá de que las mujeres administran muy bien sus tareas, tanto las del trabajo como las propias del hogar, no les cae bien cuando un jefe o un colega les exige alguna tarea.
Paul Glavin forma parte de la Universidad de Toronto y fue uno de los creadores de la investigación que se llevó adelante. De manera pública expresó su opinión acerca de esta cuestión que se está dando en la vida de las mujeres de todos los países del mundo. Acerca de esto, dijo que la culpa parece ser el núcleo de la angustia. Ellas consideran que si se les pide alguna modificación en algunas de las cosas que tenían que hacer previamente es porque la han hecho mal, y allí es cuando se genera la angustia.
Los científicos tomaron para la muestra más de mil casos, y también se llegó a la conclusión de que la culpa se mantiene si la irrupción laboral no se interfiere en la vida familiar.
Los hombre en cambio, que trabajan desde su vivienda, se ven menos afectados cuando reciben llamados por asuntos laborales o mensajes de texto por el mismo asunto. Otro de los expertos que participó en el estudio fue Schieman. El se encargó de afirmar que los resultados eran consistentes más allá de la diversidad de las edades de las mujeres, así como también de los diferentes estados civiles o el nivel sociocultural que tenían.
