No hay nada de malo en pensar en el futuro, quizá prepararnos para él, tomar precauciones sobre cosas que nos pudieran presentar, de ninguna manera puede ser malo ser precavidos. Pero cuando nos tornamos excesivos en pensar en el futuro, nos atormenta sin saber siquiera qué ocurrirá, porque de ninguna manera podemos saberlo, es entonces cuando debemos detenernos y retomarnos la forma en que nos miramos hacia el mañana. La vida es ahora dicen por ahí, cierto eso! y es el ahora el que está ocurriendo, no dejemos de disfrutar el presente, por ocuparnos de un futuro que no sabemos cuándo ni cómo será…