Camelias para una dama…

Camelias

Marie Duplessis tenía de todo en sus orígenes menos el destino de ser una dama.  Hija de una lavandera y un borracho, nieta de una prostituta y un cura licencioso, la pequeña  Rose Alphonsine Plessis nacida en Saint Germain, Normandía, no las tuvo todas consigo, arrimada en casa de un pariente junto con su hermana, abandonada por el padre y luego por la madre madre que marchó en busca de trabajo a  París.   Los parientes nada generosos la envían con el padre, la chica precoz había dejado la virginidad en la granja en brazos de un jornalero, y el padre ni corto ni perezoso al verla con su rostro palido, delgada y cabellos ensortijado, la vendió a un soldado.

Los infortunios no acabarían hasta que la chica se larga a París y en pleno Barrio Latino se pone a trabajar, el dueño del lugar se enamora de ella y la situa en un pequeño departamentito, pero la chica del pueblo ambiciosa, sueña con lucir como las grandes damas que marchaban por la sombrerería donde ha trabajado.   El Duque de Guiche joven y enamorado la saca del arrabal y la coloca en un buen lugar.

De ahí su ascenso hasta convertirse en casi una dama, de encumbrados amantes que se ligara.  Entusiasta se prepara por ella misma aprende literatura, toca el piano y es agradable conversadora, le conoce el Joven Dumas, pobre enamorado que gasta todos sus ahorros en ella, pero lo abandona al acabarse el dinero.     La chica se enamora pero el amor no es suficiente, se pondrá casa con un vejete que tiene dinero y ahí espera lo que hace tiempo sospechaba, la tuberculosis que mina su salud.

Llena de deudas y casi abandonada por sus amantes, muere victima de la tos.  Dumas y otros tantos le lloran.  Y el recuerdo de la chica normanda, pálida y desdichada soñadora, que aspiraba a convertirse en una gran dama, persigue en el recuerdo a Dumas, hijo; que se decide a novelar su vida y sus amores, el que tanto la había amado, y que por no tener fortuna no pudo tenerla, le dio al final el regalo que ella queria, un título novelesco de gran Dama  y una imágen para la posteridad.

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