Ana Pavlova, primera dama del ballet ruso

Degas

Ana Pavlova, era se ha dicho durante mucho tiempo, de orígen judio probablemente, y quizá hija ilegítima, ésto debido a su renuencia de hablar de su vida privada, cuando convertida en una primera figura del ballet mundial, se escudriñaba sobre sus orígenes.  Pavlova sin embargo sabemos, nació en un 12 de febrero de 1881, en una comarca muy pobre de San Petersburgo, en una familia de extrema pobreza.  

Sus deseos de convertirse en bailarina fueron frustrados la primera vez que solicitó ser admitida, en la famosa Escuela Imperial de Ballet.  Dos años más tarde fue admitida y estaba destinada a convertirse en una innovadora del ballet, una mujer que supo trasladar su pasión por el baile al público, en un tiempo en que el ballet pasó a convertirse en un arte al alcance del gran público.

Pronto se iría haciendo conocida a nivel mundial y sus interpretaciones de «Giselle» y «La muerte del cisne» le encumbraron como la gran figura del ballet, era delgada, palida, frágil, pero tenía una férrea voluntad y una pasión por el baile que la haría a aquella chica pobre de los míseros campos rusos, superarse a si misma cada día.

Pavlova, murió en 1931, y descansan sus restos en su patria natal.  Su imágen sigue siendo referente como una gran figura del ballet.

La imágen que ilustra este post, es  obra del impresionista francés Edgar Degas.

2 comments

  1. Una bailarina debe ser como has descrito a Ana, frágil, delgada, elegante. El ballet me encanta de toda mi vida, aunque nunca lo he practicado, mi hija mediana sí, hace tres. Me ha encantado saber sobre Ana Pavlova.
    Un besito wapa!

  2. Pues ya tienes ahi una futura bailarina! a pulir ese gusto por el ballet!
    Besos!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *