La libertad

Supone el gozo mayor del ser humano, ser libre de pensar, vivir y decidir! Pero bueno en cosas de amor, la libertad viene siendo un verdadero laberinto, por aquello de que a la gente se le da la malsana costumbre de asociar el amor con la falta de libertad.  A ver cómo es éso se dirán…pues es aquella idea de que si alguien nos ama debe dedicarse a nosotros en cuerpo y alma, y aún anularse en su individualidad para ocuparse de llenar nuestras necesidades emocionales.

Eso vamos que es egoista y no tiene nada de amor.  El amor verdadero es el estado ideal en la vida, pero ese estado ideal se llena de tortuosos caminos, cuando el objeto del amor es acosado por los egoismos, los celos, el sentido de pertenencia, cuando los que aman se suelen pensar que amar les otorga propiedad de otra persona.

Recordemos aquel trillado mensaje de que, si amas algo debes dejarlo libre, y tan cierto! si te aman no se necesitan cadenas que aten el amor.  El amor no se impone, no se compra, ni se vende, se cede o se adquiere.  El amor es libertad, porque el que es libre  lógicamente es feliz y  explora su individualidad, se siente amado y ama,  decide por si mismo, sin que se lo impongan. Si!!! decide a quien amar, y ese será quien le de espacio,  quien no le controla, ni le resta a su propia existencia, sino que comparte, apoya y ama!

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