La confianza

No hay peor que la confianza perdida, por cuanto es una de esas cosas que una vez dañadas no pueden recuperarse. Implica desilusión al reconocer que alguien que nos ha inspirado suficiente como para hacerle partícipe de nuestros sentimientos o cosas materiales, nos ha faltado. Cuando falla la amistad, la convivencia lo que sea, se va deteriorando irreparablemente.

La confianza es pilar de la relación de pareja, muchas relaciones deshechas por faltar a la cconfianza de quien te ama o por la confianza defraudada del aquel al que amas, son pequeñas o grandes cosas, al final un atisbo de desconfianza es suficiente para dañar la relación.  Se duda entonces de los sentimientos, de las intenciones, la confianza se pierde y empieza a acabarse todo.

Los amigos a los que hacemos parte de nuestras cosas cuando nos faltan, por la razón que sea, no existe más la amistad.  Si nos decimos que aún existe, nos engañamos! cómo llamar amigo a alguien de quien recelamos y con quien ya nunca podremos sentirnos confiados? los amigos se cuidan, sus secretos y sus vidas se valoran, cuando no es así mejor olvidarse de tener amigos.

La confianza está en todos y en todo lo que hacemos. Defrauda por igual la confianza el empleado que roba o gasta el tiempo de su patrono vaya que sí! hay maneras rídiculas de defraudar la confianza, lo que es claro! un desprecio a algo con lo que nos han honrado.  Desprecia la confianza el hijo que engaña, el médico que no atiende bien, el tendero que nos da menos de lo que pagamos.

Para ser sinceras y para nada mal intencionadas, debemos andar con tiento en este asunto, ya lo dice la sabiduria popular, lo que no guarda tu corazón no lo guardará el de otro.  Algunos nos desfraudarán otros jamás lo harán.  Igual deberemos temer del que confiamos más del que no confiamos porque en éste hemos depositado lo que cuenta para nosotros.

Ni modo hay que ver bien en quien se pone la confianza y se le confian nuestras cosas más preciadas, materiales y emocionales, porque de verdad no se sabe.  En cuanto a nosotras mismas, pues a honrar la confianza porque a menos que querramos perderla para siempre, el gesto de la confianza digo yo, se paga con honrarla o no?

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *