La belleza

Picasso

etiqueta con la que se asocia a unos y por la  que se desecha a otros.  La belleza viene siendo, un estándar marcado por unos pocos, para agrupar en un sólo, a diferentes personas con características dispares, pero que «deben» parecer de la manera que un colectivo superficial les asigna para poder ser aceptadas. Y vamos que estoy hablando de la belleza física, porque viéndolo bien, la belleza real, la que importa, la belleza en su esencia de cada persona, parece que a nadie interesa.

Según el mundo consumista en que vivimos, lucir bien es sinónimo de belleza y éxito, hay de aquel que no lo sea verá ante sí un mundo trazado de manera que no tiene cabida en él.  Triste pero real, resultado de ello? personas al borde de la muerte por cumplir con las exigencias estéticas, muchas de esas exigencias resultan no sólo ridiculas sino extremadamente perjudiciales.

La belleza está en los ojos de quien mira dicen, ésto cumple con  la lógica, ya que cada quien tiene sus gustos y preferencias particulares.  Pero no voy a hablarles de cuerpos esbeltos, caras de portada de revista, cabelleras fabulosas y demás enseres físicos, sino de la belleza interior que es la que es única y valiosa.

La esencia que hace de cada persona  lo que es, reune en ella sus cualidades y sus virtudes especiales, que la diferencian y la convierten en un ser humano único y hermoso.  Cualidades de toda índole,  perseverancia, valor, sencillez, humildad, calidez, generosidad, entusiasmo, inteligencia, bondad, todas ellas cualidades que no me dirán no engrandecen a quien las posee.

Y sabén qué? cuando vayan por ahí no se detengan a pensar en el que paseando por la calle luce estupendo, que vamos aunque algunos no lo sean, la mayoría viene resultando con menos cualidades de las que se espera, y por favor no desechen a quienes sin ser grandemente agraciados reunen en ellos cualidades que llenarían el corazón de cualquiera

Porque la verdad es ésta, la belleza es una, la que vale, la interior y ésa la única que es real y que dura para siempre.

La imágen de este post corresponde a un retrato de Olga Koklova esposa de Picasso que  se exhibe  en el Museo de Picasso en Málaga, España.

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