Terapia Hormonal de Reemplazo (THR)

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Durante los últimos años, se ha mantenido en primera plana para el mundo femenino, y para la medicina, el tema de la Terapia Hormonal de Reemplazo, y el tratamiento de los  síntomas que conlleva la menopausia femenina.  La menopausia que aparece entre los 40 y 50 años, supone un cambio físico para la mujer, derivado del cese de la menstruación y acompañado de molestias que durante mucho tiempo, supusieron un grave asunto para las mujeres de las generaciones pasadas y aún así, sin los adelantos médicos de hoy en día, como todas, sobrevivieron a la temida menopausia.  Aquella etapa en que podríamos pensarnos y en manera totalmente equivocada, el adiós a la juventud y la vida saludable que solíamos tener.  No es en ningún modo así, la menopausia es solo otro proceso de nuestro cuerpo.

Hoy en día, la mujer que es tratada adecuadamente, durante la menopausia, puede sobrellevar cómodamente, los cambios físicos y las molestías asociadas a esta época de la vida. Cuando se dieron los primeros tratamientos para la menopausia, basados en la administración de estrógeno y progesterona, muchas mujeres, y aún aquellas que no presentaban síntomas mayores, se hicieron tratar con la nueva terapia.  Algunos estudios, señalaban que igual que contribuía a reducir las molestias menopausicas, ayudaba a las enfermedades coronarias, al control de los cambios de humor.  Y cuando todo parecía marchar bien, también se tuvo entonces noticia, que la terapia podía contribuir a accidentes cardiovasculares, la incontinencia urinaria, y otros aspectos de salud serios.

De la confusión normal de encontrarse, entre muchos aspectos a favor, y otros tanto en contra de la THR, algunas mujeres pese a necesitarla rehuyeron a la terapia.  Ante todo es importante, tener en cuenta que la menopausia, no es ningún problema grave de salud, como solían decirnos, es un proceso normal de nuestro cuerpo, y que aunque tiene molestos episodios, bajo un  adecuado control y una buena actitud, puede sobrellevarse en la mejor manera.  Importante es, la relación médico-paciente, a fin de contar con la asesoría adecuada y oportuna del médico, que evaluando el caso en particular, podrá definir en qué forma y por cuánto tiempo, la paciente necesita la terapia, y aún más importante, si la necesita o si puede enfrentarse a este proceso, sin tal terapia.  Al médico como especialista que es compete, evaluar los riesgos y beneficios de la administración de una THR.

No todo está dicho en este asunto, aunque estudios han apuntado a un aumento de sobrepeso para las mujeres que reciben la terapia, aumento de vello facial, acné, y poco ayudan en los problemas de índole sexual, como la resequedad vaginal.  Aún así algunas pacientes han sido beneficiadas, frente a los sofocos, el insomnio.  Lo cierto es que es el médico y la misma paciente que deben decidir sobre la necesidad de la THR en su caso particular.  Y tener en cuenta, que una actitud positiva, una alimentación balanceada, un control de estrés, y algo de deporte regular, contribuyen grandemente en sobrellevar la menopausia.  

Muchas mujeres antes de la era de las hormonas y la THR, se enfrentaron a los sofocos nocturnos, a la incontinencia, a la privación del deseo sexual, y lograron salir avantes. Nadie duda que las molestias físicas, como los dolores musculares, los cambios repentinos de humor y otros, afectan la vida normal de la mujer antes de la menopausia.  Pero como cada mujer es diferente, y la menopausia se presenta diferente en cada una, insistir en que el médico evalúe a la paciente, y establezca lo mejor para sentirse mejor y seguir siendo la mujer plena que es, y que no deja de serlo por haber llegado a la mediana edad y la menopausia.

Este es un post informativo, el médico es el indicado para diagnosticar y tratar condiciones de salud.

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