Sin duda muchas tendrán quejas, sobre «ellos» en cuanto al tema del romance. Que ellos no son, algunos como siempre digo, no todos! romántico, detallistas, cariñosos, mimosos, como somos todas las mujeres. Habrá alguno que el día de tu cumpleaños aparezca con dulces y flores, otros quizá se acuerden y otros ni lo tendrán presente. No todos, insisto! los hay que están pendientes de los detalles y las fechas, y que hacen de esos días sin duda, una alegría. Los que besan al despertar, los que arrullan cuando estás enferma, los que te ayudan cuando necesitas, y los que siempre están para que eches una lagrimita.
No les hablo de la pasión, de los arrebatos de la lujuría, del fuego que arde en el instinto y no en el sentimiento ese ya es otro punto, importante de la relación, pero que está lejos del romanticismo que hablamos hoy.
Nada como la llama del cariño, del sentirte apoyada por alguien que te ama, aunque ya no seas lo que eras cuando te conoció, si el tiempo ha pasado sin duda también para él. El afecto que ya les digo, está en una caricia en un gesto, sin duda valen más que mil intenciones convertidas en chocolates y flores.
Y los que no son románticos? que olvidan lo importante, y que nunca están de humor para un rato de compañía tranquila y feliz? son los menos pero los hay. La causa? sin duda tienen razón todos los que han analizado el asunto. Muchos de ellos son el efecto de una sociedad que asume a los hombres como fríos, controlados y distantes, y que aún en tiempos recientes, catalogaba de «femeninos» a aquellos que mostrasen gestos de ternura con las mujeres.
Los hombres no son, afortunadamente, solo el deseo sexual que los motiva, son sentimiento que sienten y que algunos sí y otros no, manifiestan. Quizá la solución para las parejas en que el romanticismo se ha perdido, es reintentar la relación desde el punto de darse tiempo para convivir, hacer sentir a su pareja con comodidad a manifestar unos sentimientos, que nunca hicieron menos varonil a nadie…
Y claro poca ayuda se puede obtener de la publicidad, de los amigos, del medio, todo diseñado para decirnos que las únicas románticas deben ser «ellas» porque fueron creadas para ello, a tenor de los cuentos de hadas, en que ellas desmayan de amor y son siempre dulces y silenciosas, amorosas y cándidas y ellos son siempre valientes, fieros, protectores, todo lo que tiene un principe, aunque claro en aquellos cuentos rosa, el príncipe siempre es romántico también.
Quién sabe, quizá ese chico que duerme a tu lado, tiene algo de romántico que no se ha perdido…
