Me gusta el manga!

chica manga

Manga quiere decir en japonés «dibujo informal» , y los mismos se imprimen cada año por millones. Los mangakas creadores de estos dibujos que se imprimen el libritos en blanco y negro, crean personajes que aprisionan la atención de los lectores durante semanas, meses y años, y han creado una industria que se ha ido expandiendo por todo el mundo y a todos los medios de difusión, a la televisión, al cine, al video, a la computadora, en todo hay manga!

Hoy existen muchos géneros dentro del manga,  desde los dirigidos a los más pequeños hasta algunos con tintes eróticos, decididamente para los adultos.  El manga es una historieta, aventuras y dramitas en pequeñas hojas de papel, me encanta eso.  El primer manga que ví alguna vez fue Matzinger en los años 70.  Desde entonces el género se ha expandido tanto que hay personajes por millares e historias a cada momento salen de las imprentas.

Saben? cuando crecía moría por las historietas, no había para mi nada mejor que aquello, claro no eran manga en principios de los años 70.  Pero me encantaban aquellos dibujos a color con pequeños relatos, como me encantan ahora  esos muñecos de los manga, dibujados tan soberbiamente, con unos ojos que transmiten emociones y resultan de verdad atractivos, chicas perfectas en sus uniformes escolares, y chicos en historias adolescentes.

Siendo niña vivía enfrente de una barbería de barrio, cada noche cuando todo la clientela había marchado, el barbero mi vecino,  con cuya hija marchaba yo al colegio, me dejaba leerme aquellas historietas de Matzinger, y algunas que nada tenían que ver con el manga, como la mexicana Memin, de las que ya les hablaré en otro apartado.

Aún me recuerdo siendo de menos de 10 años, sentada en la silla de cortar pelo, pierna cruzada e historieta en mano, pasaba ahí cada dos noches entre las 7 y 9 de la noche, cuando por la ventana mi madre me gritaba que era hora de marchar.  Claro que con el tiempo se fueron agotando las historietas, y era de leerlas repetidas, me aficioné a ellas, y cada domingo destine mi mesada para comprar algunas.

Muchas se perdieron cuando fui creciendo y una quedo perdida en un cajón, muchos años después mi madre la encontró y hoy mi hijo casi adolescente,  la guarda para sí.  Cuando todos jugaban fuera en la banqueta a las escondidas en las noches de verano, yo sentada en el sillón de barbero leía aquellas historietas, se pensarán que era una nerd, pero no lo era, con el paso del tiempo me cambié a otros rollos, me llené siendo adolescente de historias de Corin Tellado.

Pero aunque de ahí fui madurando y pasando por todos los géneros, aquellas historietas me dejaron agradables recuerdos, y el manga tiene ese encanto de recordármelas.  Nunca me he sentado a leerme una de estas historias japonesas, pero me encanta pasar las hojas y ver los dibujos, cuando llegada a casa veo alguna perdida en el sofá.

He pensado en esto hoy, cuando he recibido una linda tarjeta navideña, con un grupo de colegiales manga vestidos en traje rojo, deseándome un feliz año, nada! que recordar es volver a vivir!

,

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *