Es uno de los actores que desarrollan su papel más dramático en la adolescencia, tanto de los chicos como de las chicas. De hecho, uno de los signos más representativos de la llegada de la pubertad es el hecho de comenzar a sufrir de los primeros brotes de acné, un trastorno de la piel que tiene que ver con la exteriorización de ciertas marcas como puntos negros, granos, quistes y espinillas. Pero el hecho de que comúnmente aparezca en las primeras épocas de la adolescencia no quiere decir que no pueda hacerse presente en la adultez.
Normalmente, este tipo de trastornos suele ser de alguna forma hereditario: esto quiere decir que si nuestros progenitores sufrieron de acné en su adolescencia, es muy probable que nosotros también lo suframos. Ahora bien, no es difícil llevar a cabo algunos consejos prácticos para tratar este problema, y llegar hasta a prevenirlo. Poniendo en práctica algunas de estas recomendaciones, seguramente lograremos superar rápidamente el problema del acné.
Primero y principal, será importante lavarse la cara dos veces al día utilizando jabón y agua tibia; al momento de secarse, será fundamental realizar el proceso muy delicadamente, sin frotar el rostro con la toalla. Por otro lado, es crucial el utilizar maquillaje y protector solar que no contenga aceites; además, hay que cuidar el hecho de quitarse el maquillaje al momento de acostarse.
Por otro lado, hay que evitar el contacto del cutis con el gel para el cabello, o los fijadores con aerosol; estos pueden llegar a incrementar los efectos del acné.
También tenemos la posibilidad de utilizar, además de todos estos consejos,alguna crema o loción que contenga ácido salicílico o peróxido de benzol, elementos que logran combatir en gran medida el acné.
