Las viejas esperanzas, las más tristes de perder…

tulipanes

Sin duda es un episodio doloroso, resignarse a perder las esperanzas que se han abrigado.  Sobretodo que el corazón guarda las esperanzas pero muchas veces, no está en nuestro control que ellas se realicen, no podemos entonces más que resignarnos, y a la larga como siempre nos ocurre, a la inicial desilusión, seguirán la resignación y si tenemos suerte el olvido.

Ya les digo, no es fácil olvidar lo que se anhelaba, renunciar a lo que queria, volver el rostro a algo en lo que fervientemente creíamos alcanzar, pero siempre será más duro, olvidarse, resignarse, y aceptarse que algo que durante mucho tiempo esperamos, no es posible ya.  Las viejas esperanzas, dijo Elizabeth Barrett, son las que más entristece perder.

Tendrá razón seguro que sí, pero realmente nuevas o viejas, pequeñas o grandes, todas las esperanzas, nos desilusionan, nos afectan y por momentos nos roban la fe.  Y aún con todo eso, el mundo y nuestra vida, es nueva cada día, y sin duda cada día trae una nueva esperanza.

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