La del vulgar encanto: Jean Harlow

jean harlow

Los refinados estadounidenses de la alta sociedad,  no se comprendían en aquellos años dorados de Hollywood, como una rubia platinada que parecía tener muchos atributos pero poca clase, resultaba atrayente para todos y se abría camino a convertirse en toda una estrella, no de las estrellas que consolidan su carrera cinematográfica sobre sus enormes talentos histriónicos, sino sencillamente una de esas estrellas, mujeres atractivas y simpáticas que se tornan adorables para todos. Eso sucedía con aquella rubia de Kansas que siendo una adolescente huyó de casa para buscarse el triunfo en Los Angeles, de la mano claro está,  de un hombre mayor que luego abandonaría,  en su camino a convertirse en el mito, Jean Harlow.

Harlow era una figura exuberante, una rubia plantinada en ceñidos trajes, que lograba inundar con su presencia la pantalla, ya les digo no por talento que tuviera como actriz, aunque era hay que reconocerlo una consumada comediante.  Llegada a Los Angeles se encuentra con un multimillonario, vaya suerte para la recién llegada, un romance y un papel en un filme importante, Jean enloquece , aunque temporalmente,  al hombre más rico del momento: Howard Hughes.

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Pero Jean aparte de afortunada chica, recibiendo oportunidades que otras deseaban, llevaba una vida personal que contribuiría con sus escándalos a convertirla en una favorita de los tabloides y en una leyenda. Se casó con un importante ejecutivo que le lleva 22 años pero que le consigue un gran contrato con los estudios, el matrimonio sin embargo solo trajo la desdicha para el feliz marido, afectado por impotencia y devorado por una mujer,  de la que ya muchos en Hollywood habían compartido cama y rumoreado su insaciable apetito sexual, se vio ante la desesperación, de no poder complacerla y  se dio un balazo que acabó con su vida y engrandeció la leyenda de Harlow.

Harlow siguió cosechando algún éxito y muchos amantes. Los actores de Hollywood presumian de haber estado en su cama y haber salvado la vida, y otros se daban a la tarea de llamar su atención, tanta era la tentación de Harlow para todos.  Harlow representó la primera imágen de una actriz convertida en la pantalla en mujer-sexual, el símbolo puro de la sexualidad que ella naturalmente irradiaba. Y aunque ya luego muchas la imitarían, Marilyn Monroe la más notoria, Harlow había construido ya su imagen que,  no lograrían obscurecer las alusiones a sus escándalos, ni muchas actrices intentando ser el llamado «bombon rubio».

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Y aún con todo esto pareciera que la rubia del cuerpo despampanante, hubiera vivido mucho para ser admirada por tantos, no sucedió así en realidad, Harlow tenía 27 años cuando filmaba «Saratoga» una complicación de los riñones la llevo al hospital y murió en pocas horas. Hollywood y los admiradores no acertaban a comprender como el destino egoísta les quitaba al símbolo sexual de los años 30, el sueño de adolescentes y hombres adultos, que ya luego en puros afiches halagarían los hombres de las siguientes generaciones.

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