Justicia

JusticiaLo ha dicho San Mateo, No juzgueis sino quereis ser juzgados. Una máxima llena de sabiduria e intemporal, que igual servía en los tiempos biblícos de San Mateo como para nuestras modernas vidas.

Quién no ha pasado alguna vez por la mala costumbre, si así podemos llamarlo, de algunos que no sé quién les dijo, que pueden ir por el mundo juzgando las actitudes, vida y forma de manejarse del prójimo.  Son tan apasionados en juzgar que se olvidan que con ésto, no sólo están equivocados sino igual se exponen a ser juzgados.

Pero bien, insana costumbre esa, que cuesta muchas veces amistades, relaciones y muchas interelaciones de la gente.  Juzgar, juzgar! vaya actitud.  A cada quien le baste su propia existencia, que ocupándose de ella, poco o nada podrá ocuparse de la ajena.

Ante ésto lo más saludable como dicen «pasar» de los que juzgan, y a los que lo hacen, explorar el por qué ese afán de inmiscuirse en las actitudes ajenas y sentirse con derecho a opinar, aconsejar y sancionar los actos y decisiones de los demás.

Si juzgan pues que se apresten a ser juzgados, que como el karma, todo va y todo vuelve.

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