No lo hagas por amor, la agitada vida de Eva Norvind

Eva Norvin era una rubia voluptuosa en sus 20 años, que recién llegada a México fue descubierta por un cazatalentos que la colocaría en el cine, donde realizaría los siguientes años varias películas con Mauricio Garcés, Javier Solis, El Santo.  Eva era en realidad una chica de sangre azul, si las hay, hija de un principe ruso refugiado y una escultora noruega, aquella mezcla sin duda produjo una chica hermosa y chispeante, y muy inteligente que brillaría con su belleza, y llevaría una vida agitada que acabaría solitaria.

mujer con latigo

Eva cambió su nombre cuando en el festival de Cannes, en los principios de los años 60, ganaba como la más hermosa chica del festival y su ambiciosa madre la lucía semidesnuda ante los productores, para obtenerle un papel en el cine.  La chica ya había actuado junto a Alain Delon, el galan francés de la época y se había mudado con su familia a París.  Los años adolescentes le encontraron viajando a América, primero Canadá y luego Estados Unidos, la chica que antes de  dejar París se había empleado con la Comedié Francaise como bailarina, seguiría el oficio en cabarets de Norteamérica y por algún tiempo sería conejita de Playboy, antes de aquel 1964, cuando con solo la ropa puesta y una mochila llego a México, decidida a aprender español.

La chica era inteligente y sabía hablar con fluidez, el alemán, el noruego, el francés, el inglés, sueco, ruso, italiano y con el paso de los años obtendría una maestría en Sexualidad y una licenciatura en Psicología Forense.  Pero el 1966 fue el año negro de la bella Eva, sus controversiales opiniones en la televisión la declararon non grata, México no aceptaba su libertinaje y menos su campaña por la pildora anticonceptiva, y aunque se libró de ser expulsada y sobrevivió bien al escándalo, convirtiéndose en fotógrafa de la farándula su carrera en el cine mexicano acabó, con el nacimiento de su hija.  Los 70, y una madre soltera, que promueve la pildora anticonceptiva, y habla de sexo con liberalidad, le sepultaron en la industria y pronto debió marchar.

En 1980 en New York, se hizo de una amante lesbiana, que la introdujo el mundo sadomasoquista, y fue de ahí donde decidió convertirse en una dominatriz, de las más célebres de la gran manzana, se cambió el nombre por otro más anónimo, Ava Taurel.   Ejerció con gran éxito como dominatriz, ganando una buena cantidad de dinero por cada hora dedicada a su nuevo oficio, al mismo tiempo sin que nadie sospechase de aquella ocupación, se convertía en una importante feminista y una activa conferencista sexual.   Fundó empresas para asesorar en materia sexual y se convirtió en una consultora del tema para los cineastas de Hollywood.

Un día de mayo del 2006, solitaria nadando en las aguas de un río en México, en el estado de Oaxaca, moría Eva solitaria. Había acabado la vida de una mujer controvertida, cuya existencia agitada quizá fuera solo el resultado de  la soledad, su madre una escultora, no se ocupó debidamente de ella, y cuando se convirtió en una bella adolescente, se planteó convertirla en una estrella a costa de lo que fuera, eso hizo que la hija sintiera animadversión contra su madre, a la que nunca luego de abandonar Paris a los 20 años, volvería a buscar.  Al padre no le fue mejor, la hija prescindió de su existencia, y aunque en algún momento sus vidas confluyeron en el mismo lugar, la brecha fue demasiado grande para sortearla, y él murió en la mayor pobreza y solitario como la hija.

La misma existencia libertina y agitada que llevó siempre, la alejó de su propia hija.  En 1970, fue madre soltera como ya dijimos de una niña, que convertida en actriz infantil, pronto huyo de su lado.  La relación de la madre e hija era inexistente, la chica no soportó nunca las actividades de su madre y se distanciaron durante mucho tiempo.  Cuando murió no le sobrevivió más que su hija Nailea, actriz también y sus dos nietas.

Un documental sobre su vida, fue rodado pocos años antes de su muerte, y se titulaba precisamente como este post «No lo hagas por amor» en el que Eva daba cuenta de pasajes de su vida, su adolescencia en París, su llegada y triunfo en México, su marcha a Estados Unidos y la universidad, sus amantes de ambos sexos, su hija, su modo de pensar…

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