Niñas víctimas de violación por paramilitares.

niña tristeMuchas mujeres en la Sierra Nevada de Santa Marta, Colombia, que eran niñas, muchos años atrás, cuando el área estaba manejada por el paramilitar, Hernan Giraldo, un traficante de cocaína, que se apostó en el lugar desde principios de los años 80.  Su actividad? controlar los negocios de cocaína que se hacían en la que él consideró «su tierra», una tierra en la que él gobernaba con mano férrea, ya igual podías morir que vivir, y todos sin duda alguna, se cuidaban de hacer enojar al comandante, pues su irá podría acarrear una muerte segura.  Hernan Giraldo está encarcelado desde que se decidió rendirse, se le acogió dentro de un programa destinado a los que rindieron armas.

Pero si era un sanguinario paramilitar, que controlaba sin derecho alguno, gran extensión de tierra, en lugares llenos de gente empobrecida que quedo a su merced, hoy todo mundo ha podido indignarse, con agregar a su trayectoria en el delito, el hecho de que muchas niñas, hijas de pobres familias, en el territorio controlado por el paramilitar, fueron embarazadas por él, luego de ser sometidas a constantes violaciones, y el robo de su virtud quedo impune durante todo este tiempo.

La justicia trata de devolverle a aquellas niñas, hoy mujeres, algo de justicia, por lo que sufrieron a manos de Hernán Giraldo, que en todos los casos que las mujeres hoy han denunciado, se aprovechó del temor que las familias les tenían para violar a muchas, que fueron madres, de muchos hijos que hoy se está conociendo.  Algunas familias sumidas en la pobreza, entregaron a sus hijas por dinero, y otras vieron sin poder hacer nada como Giraldo les exigía aquellas niñas que él deseaba.

Un delito cruel y que algunos medios han calificado como un regreso al machista y censurable, pero muy común en siglos atrás, derecho de pernada.  Que Giraldo se sintiese, con base en el miedo en el que sumió a las poblaciones que durante todos estos años estuvieron a su merced, un nuevo señor feudal, a quien le perteneciera toda niña del lugar, es algo que a todos debe indignarnos.  No queda más que esperar que la justicia logre su fin, recabar toda la información posible para que éste y todos los paramilitares que cometieron estos reprochables actos, sean juzgados y condenados, como bien esperan, bajo un crimen de lesa humanidad, que les haga pagar debidamente el robo de la inocencia de todas esas niñas que fueron, sin que nadie pudiera hacer nada, víctimas de sus abusos.

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