En los años 70, el cine italiano estaba en pleno éxito, una mujer convertida en el símbolo sexual de la época, haría de dicho cine, algo muy conocido alrededor del mundo. Aquella chica de cabello negro, alta y delgada, en sus treinta años, era el objeto del deseo de muchos hombres, gracias a sus películas de sensual contenido.
Laura había nacido en 1941 en Istria hoy Croacia, pero que en aquellos años pertenecía a Italia. Estudio en la escuela para maestras y se desempeñó como tal durante algún tiempo. Descubierta por casualidad, a los veinticuatro años rodaba su primera película, la primera de muchas tanto en Italia como en el extranjero.
La Antonelli como decían, comenzaba a ser un sexsymbol en todo lado, donde las películas que protagonizaba se vieran. Ganó varios premios cinematográficos y despilfarró también su dinero, se aficionó a la cocaina, y el cine que ahora cambiaba, no tenía más cabida para la belleza italiana.
Los años 90, la encontraron envuelta en un asunto policial, acusada de posesión y tráfico de cocaina, lo poco que quedaba de su carrera se desbarató y aunque luchó durante mucho tiempo para que le retiraran la calificación de traficante, su carrera ya había terminado.
En esa misma década la corte le reconoció el daño que le causaron, cuando invadiendo su casa, la policía encontró droga que se estableció era tan minima que era para uso personal, fue resarcida con una generosa cantidad, un suspiro para Laura que vivía en precaria situación económica por entonces. Ya había pasado por una cirugia que terminó alterando su fisonomía y perdió la maravillosa figura. La década terminó tristemente, para 1996 fue internada por problemas mentales en una clínica siquiatrica, la que fuera el mayor símbolo sexual italiano de los años 70.
El mundo olvidaba a la bella que en los dorados 70, adornaba los tabloides como Interviú y las revistas para caballeros como Playboy.
