Durante el embarazo la digestión es más lenta, resultado de que la progesterona, la hormona encargada de relajar los tejidos musculares lisos del cuerpo, está produciéndose por niveles más altos, esto resulta en mayor lentitud en la digestión, acidez, agruras, eructos, flatulencia y una pesadez mayor luego de comer. Esto es totalmente normal, aunque sumamente molesto.
La mejor manera de contrarestar un poco el asunto de los gases, es reducir la ingesta de algunos alimentos que ya sabemos provocan los mismos y que debido a tu estado, se tornan aún más incomodos, y son, el frijol, las alcachofas, las coles de bruselas, los brocoli y el espárrago, entre otros.
Lo importante es no echarlos de tu dieta, ahora más importante que nunca debe ser equilibrada, sino irlos consumiendo en menores raciones y más espaciadamente. Si los gases se han convertido en algo crónico en tu estado, y te dan mayores molestías o sencillamente los tienes permanentemente ahora, con o sin estos alimentos, es hora de preguntar al médico.
Algunas veces los gases están acompañados de estreñimiento o diarrea, con sangramientos anales, y estos y otros síntomas como náuseas, vómitos, mareos y desmayos son condiciones que por nada debes ocultar al médico. Asi que atenta que si los gases duran más de un día y están acompañados de otras molestías es hora de avisar al médico.
Este es un post informativo, el médico es el indicado para diagnosticar y tratar las condiciones de salud.
