Ya no se puede ser romántico en los tiempos que corren? me pregunto eso cuando oigo decir, que aquel que conocemos, es un cursi, porque constantemente halaga a la novia a la esposa, con paseos o con flores, que acaso fuera su cumpleaños! no tiene ni gracia el éste, que parece pensarse que es la época de los abuelos, con tantos devaneos.
A dónde se iría el último romántico? aquel que se pensaba cada día en darle un abrazo a la mujer que amaba, el que iba feliz a comprar un capullito para agradarla, el que se sentía feliz de ayudarle con los paquetes de la compra y el que todavía y esto no es ser romántico aclaremoslo tiene más de urbanidad, pero si lo vemos bien, algunos ya ni eso son, ya puedes quedarte tirada redonda en la calle, que tu cara mitad ni enterado estará.
El romance debe sobrevivir escondido en algún paraje abandonado del corazón, tanto de ellos como de ellas, porque ellas muchas, no se permiten ya ni ser románticas, es aburrido, es cursi, no hay que ser fresa! Nada de eso, los sentimientos se viven, y nunca se es fresa, cursi, anticuado, aburrido o tonto, por expresarnos como nos sentimos.
Un tema, del que durante mucho tiempo fue considerado «El último romántico» y precisamente así se llama el tema, del señor Nicola Di Bari, italiano que probó las mieles del éxito tanto en su idioma como en el español.
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