El perro es el mejor amigo del hombre, se ha dicho durante mucho tiempo. Y su bien ganada fama corresponde a su carácter gentil, bondadoso y leal. Un perro suele ser un cachorrito jugueton y tierno, para convertirse en un can leal y cariñoso. En cada raza sus particularidades les hacen distintos, pero tienen un gene en común el de ser la mejor compañía que un humano puede tener.
La moderna vida del primer mundo se ha convertido en un mundo de soledad, por lo que muchos hoy han recurrido a la compañía de alguna mascota. El perro lidera la demanda de la gente que quiere tener una mascota amigable, juguetona y obediente.
Pero bien, el perro es una mascota no un compañero de departamento. Puede ser amigable, jugueton, pendenciero, precioso, y leal, pero es una mascota. La mala percepción de creer que siendo una mascota no requiere de nada más que de alimento es la peor forma de ver y la más perjudicial manera de atender a una mascota.
El perro requiere costumbres, le gusta ser rutinario en cuanto a sus horarios de paseo y de dormitar. Esto influye en su estado de ánimo muy desdichado será el perro que no salga de paseo, la soledad le afectará. Asi que si te estás pensando en traer un perro a casa te acomodas la agenda, que el canino debe pasear.
En cuanto a sus alimentos, solía creerse en el pasado que el perro podía comer de todo, cuando se lo dieran y como se lo dieran. Puede claro! sobretodo si se encuentra hambriento. Pero es otro miembro de la familia y como tal debe ser tratado, hay alimentos adecuados para los cachorros y para los perros adultos. Muchos de los males de los perros, se derivan de la manera inadecuada en que son alimentados.
El perro necesita, aunque él jamás se muestre exigente en ésto, un lugar adecuado y estable para dormitar y aún para jugar. Cuando cachorro es como un niño, a un niño se le consiente y se le deja hacer travesuras, un cachorro debe ser como un chico mimado pero educado, que luego nos veremos educando un tremendo can que como cualquier chico sin disciplina irá por ahi haciendo de las suyas.
Dicho ésto, el perro será tan felíz como él hará a su amo. Nadie olvida el disfrute que los perros le han dado en su infancia, siempre son los compañeros ideales para jugar, para descansar viendo la TV o para ir por la calle solo trotando. Así que si vas a traerte ese canino de mirada dulce y pérdida, piensa que debes acoplarte a su estancia, porque él también quiere sentirse cómodo contigo. Cumplido ésto no dudes que te dará grandes momentos de compañía y felicidad.