Anais Nin siempre será sinónimo de liberatinaje y erotismo, su literatura ha sido catalogada como tal, y sus actitudes frente a la vida, lejos de ser consideradas «modernas» fueron tachacas de escándalosas y amorales.
Anais nacida de padre español y madre danesa, él un músico y ella una bailarina; se separaron cuando ella tenía 11 años y su madre vivió un tiempo en Cuba con Anais y sus hermanos. Luego del divorcio definitivo marcharon a Estados Unidos en donde Anais empezo a escribir sus diarios, un modo de manejar su tristeza por la ausencia de su padre y por sentirse fuera de lugar en una sociedad diferente a la de la Barcelona y la Habana donde había estado antes.
Anaís se convirtió pronto en una mujer, pequeña y delgada; y conoció a su marido Hugh. El de buena familia y banquero de profesión le amó desde el primer momento. Para ella Hugh era quien podría alejarla de su vida aburrida y con él marchó a París. En París pronto Anaís se volvio amiga de un círculo de autores bohemios y empezo ella misma, a escribir.
Con una pequeña guillotina en casa imprimió sus primeros libros y los de algunos de sus amigos. Mientras Hugh proveia al hogar con su trabajo, Anais escapaba al Barrio Latino en donde exploraba nuevas formas de vida para escapar de su acomodada y aburrida vida. En una de sus frecuentes visitas a los literatos amigos suyos conoció a Henry Miller, el escritor americano sin un centavo en la bolsa se encontraba en París tratando de escribir y publicar. Los siguientes años Anais sería su mecenas, su amiga y su amante.
La vida escandalosa de Anais se detalla en sus diarios que vieron la luz hasta los años 1980, resultan crudos e inmorales aún para las mentes más avispadas ( http://precioslibros.com ) en ellos detalla el escandaloso amorío que surge entre ella y su padre al reencontrarse 30 años después y su amor por la mujer de Miller, Juno; de este episodio se ha llevado al cine una película de cierto éxito Henry y Juno (http://cinecin.es )
Aún con todo ésto, Anais se encuentra entre los anales de la literatura como la mayor representante de la literatura erótica femenina, fue en su momento una mujer que rompió todos los esquemas de la moral imperante.
