¿No solemos sentirnos como desencantados, cuando la comida parece no tener nada de sal? ¿y cuánto no nos inclinamos por esos alimentos ricos en sal que nos resultan salados y por eso mismo apetecibles? el consumo de sal es imprescindible para el buen funcionamiento de nuestro cuerpo, pero como en todo, los excesos pueden lejos de ayudarnos en realidad perjudicarnos y seriamente.
La prestigiosa revista médica British Medical Journal ha informado recientemente que el consumo excesivo de sal, hasta una cucharadita de té diaria incrementa la posibilidad que podamos enfrentarnos en algún momento, a un accidente cardíaco o cerebrovascular, todo un peligro que no resulta nuevo, siendo que ya en años anteriores, los médicos nos avisaron que la sal influye en nuestra tensión arterial convirtiéndonos sino lo controlamos en una bomba de tiempo.
Nuestro consumo de sal recomendado por la OMS debe ser unos cinco gramos al día. Con ello estaremos lo suficientemente contentos con el sabor que la sal provee a los alimentos y con la ingesta que el máximo ente sanitario mundial nos recomienda. Algunas comidas demandan más sal y por ello nos excedemos, y otras como las famosas papas fritas tienen un exceso de sal que salta a la vista, ya nos vemos pensando en la chica de las papas en el restaurante de comida rápida, ¿no lo han observado? con un dispensador echando la sal tan despreocupadamente que no se entera que nos ha «salado» las papas, porque muchas veces casi nos resultan incomibles de tanta sal.
Debemos entonces por nuestro propio bienestar controlarnos en el consumo, consumir abundante agua y no sobrepasarnos de esos gramitos que nos recomiendan. Aumentar en nuestra dieta frutas y verduras, y amigarnos con el limón que por si mismo contribuye a aderezar y además hacernos de otros condimentos naturales que segurno no nos pondrán en riesgo de ir al hospital. Sal como todo en la vida, con medida.
Este es un post informativo el médico es el indicado para recomendar y tratar condiciones de salud.
