¿Dejar de trabajar yo? o las chicas «liberadas» de hoy

ejecutivaHoy me abro el correo y me veo que pese a haber realizado una limpia antes de irme a dormir, me encuentro de nuevo llena de «mails» de ofertas, que por cierto no he solicitado, de «tomaduras de pelo virtuales» que si ya mando ese correo a mis contactos me ganaré así por así, unos cuantos dolarillos y quién sabe hasta un ordenador, con lo mucho que a mi me gustaría ya un mi ordenata nuevo, pero además y en ellos me pierdo a veces, muchos correos llenos de graciosas cosas.

Graciosas como la que me he leido hoy, una alegre disertación sobre lo cansado de la vida de la mujer moderna, sobre cuán importante y relajante sería quedarnos en casa y volver a los días en que las chicas salían de casa de papá para la casa del marido a cocinar y cuidar chicos, poco o nada tenían que preocuparse, o al menos así se lo piensan algunas, cuidar chicos, cocer, lavar, planchar, remendar, cocinar y tantas tareas, que no eran, insisto para algunas, tan extenuantes como ir hoy en día al trabajo cada día y ayudar a pagar las cuentas, además claro está, ocuparse de los menesteres que ya he dicho.

Y ante esto me pregunto, por qué algunas «liberadas» mujeres de hoy, querrían dejarse el empleo para relajarse en casa? Que si es muy pesado matarse a dieta y vestir siempre bien para cumplir con las exigencias laborales de hoy? ¿que es estresante correr a casa para ocuparse de hijos y marido lo mismo que al trabajo para las tareas que siempre nos agobian? no creo en manera alguna que las tareas de casa sean menos cansadoras, y claro talvez coincidiré que al ama de casa no le preocupen tanto los pagos si es el marido el que se ocupará, empleado que está, de ello. Pero si se ocupa seguro de hacer que el presupuesto alcance y ahorrar en plena crisis todo lo posible.

No me convencen mañanas en bata sin prisas para maquillar y vestir para ir al trabajo, tampoco largas horas frente al televisor para llorar culebrones alienantes, por favor! que no tengo nada en contra de la vida hogareña, a algunas gustará y bien sabemos que por gustos se rompen géneros. Pero tanto como lloriquear por los tiempos de la abuela y mamá perdidos en el ayer, cuando supuestamente «en casa» como «amas de casa» poco o nada había de que preocuparse, como que no.

Tantos años de feminismo militante y tanta protesta por sentirnos tratadas de igual a igual con ellos, para un día pensarnos que los tacos altos nos cansan, que la ropa de trabajo bien podría irse al diablo y que un pantalón deportivo viejo y deshilachado sería el mejor atuendo para pasarla en casa eso sí que no!  que si tan alegre que es no preocuparse de nada y conseguir (que esto lo he leido por ahí) un hombre que me jubilé, ops! Aunque pudiera sonar una de esas apasionadas feminista, que algunos ya me han tildado y me tildarán así, lo cierto es que…aunque sea aburrido madrugar cada día, que a veces al final de la tarde de vuelta a casa me agotan los tacones, y que poco o ningún tiempo me queda algún día (aparte que no me gusta) para llorar desventuras televisivas, no lo cambiaría por nada!

Sencillamente porque me encanta sentirme satisfecha conmigo misma, darme mis caprichitos personales resultado de un sueldo que claro como el marido y como tantos hombresy mujeres, hago por ganarme cada día. Pero sobretodo porque me gusta un mundo en que una mujer se siente orgullosa de si misma, que no sienta la frustración de pensarse algún día, que pudo haber tenido una vida mejor si no se hubiera inclinado por dedicarse a ama de casa, que le lleguen dudas sobre sus capacidades intelectuales y que lo peor! se sienta dependiente por siempre de alguien más, en este caso el marido.

Por que la vida requiere sacrificios, aunque para las que somos como yo posesas del trabajo, marchar a la oficina nunca sabe a eso, y porque las generaciones venideras de mujeres, como mi pequeña hija, tengan acceso a más oportunidades, que en algunos lugares del mundo aún están vetadas para muchas mujeres, creo que bien vale la pena ese trabajo que hacemos cada día, porque podemos, porque estamos capacitadas, y porque queremos! faltaba más!

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