Algunas de ellas también victimizan…la historia de Raquel Valle

Raquel Valle una sevillana de 32 años, ha pasado frente a sus vecinos y el público, durante los últimos años,  como una pobre mujer maltratada, una víctima de la terrible violencia de género.  Ya golpeada, ya cortada, amenazada con cuchillos, supuestamente, debemos anotarlo; por su marido, el que a raíz de sus denuncias ha pasado casi un año en la cárcel.

José Antonio Santos, ha perdido mucho en esos 11 meses injustos de encierro, y hoy se ha convertido en una figura que evoca lo que años atrás dijera, una mujer sensata y justa, María Sanahuja, la ley española para la violencia de género es injusta con ellos.  Luego de separarse y habiendo transcurrido algunos años, en los que Santos rehizo su vida, de repente su exmujer, Raquel, le denuncia por golpearla en la calle, y se obtiene una orden de restricción, que ya luego tras otra denuncia da con él en la cárcel.

Esto sería otra historia más, de una mujer maltratada, si un juez y forenses no hubieran desbaratado, la historia ficticia montada por Raquel para destruir a su exmarido. No ha habido tales golpes, no la ha cortado con nada, ni siquiera la ha acosado, él era el menos interesado en buscarla, luego de separarse de ella, y aunque tienen un hijo en común, no tenían casi contacto alguno hasta que ella ha empezado su propia versión de maltrato.

Raquel la mentirosa la han calificado ya algunos medios, supone además de una mujer que ha casi destruido la vida de su exmarido, que para bien suyo, no se ha quedado de brazos cruzados y ha luchado por ser reinvidicado de una acusación injusta.  Raquel es también una burla para los millones de mujeres, víctimas de la violencia de género, aquellas que sí han sido golpeadas, hostigadas, maltratadas, vejadas, y han sufrido toda forma de violencia doméstica.

De verdad que  al conocer su historia, una no puede menos que indignarse, ante tamaña historia y a su insistencia en ser una víctima, ahora que el juez le ha puesto en evidencia, y sobretodo por pasar durante tanto tiempo como una sobreviviente del maltrato.

La ley debe ser justa con todos, igual que castiga a los abusadores con dastricidad, debe ser utilizada convenientemente, deben investigarse las denuncias antes de proceder, porque los informes vertidos alrededor de este caso, mencionan miles de denuncias que han sido desestimadas y aún de alguna mujer multada por acusar en falso en estos asuntos.  La ley que proteja, pero una ley que se convierte, como dijeron algunos juristas en su momento, como una arma utilizada para mentir, perjudicar, y obtener ventajas, en este caso en los divorcios, es una ley que se torna totalmente injusta. Y son los encargados de la ley, los que deben estar vigilantes ante «las» que se amparadas por una ley, se burlan de la sociedad entera y sobretodo de esas mujeres que sí han sido víctimas del cruel maltrato doméstico.

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